viernes, 12 de julio de 2019

La materia orgánica como indicador de cambios en la calidad de los suelos influenciados por el manejo


La materia orgánica (MO) se encuentra constituida por una variedad importante de compuestos de complejidad variable en un continuo estado de transformación. Los materiales más jóvenes son los biológicamente más activos, aquéllos de edad intermedia contribuyen notablemente al estado físico edáfico, y los más antiguos presentan una marcada influencia sobre la reactividad físico-química del suelo. Las fracciones de MO lábil o joven serían indicadores más tempranos que la MO total para reflejar cambios en la calidad de los suelos, resultando más sensible a las prácticas de manejo. Al respecto, en suelos de la región semiárida pampeana, se han comprobado reducciones de 20% y 88% en los contenidos de MO vieja y MO joven, respectivamente, bajo manejo agrícola respecto a suelos bajo pastizales naturales. En estos ambientes, el uso de los residuos de cultivos de cosecha por la ganadería, limitó la cobertura y disponibilidad de agua dando como resultado menores contenidos de MO. En general, los efectos del manejo resultaron dependientes de la textura, con mayores diferencias en suelos de granulometrías más finas y en la fracción MO joven. Por otro lado, en suelos de granulometría más gruesa, con bajos contenidos de arcilla y escaso desarrollo de estructura, prácticamente no se comprobó influencia del manejo al existir fuertes limitantes genéticas para la captura de carbono (C). Los suelos con regímenes de humedad más favorables de regiones subhúmedas-húmedas tienen en general texturas más finas y, por lo tanto, mayor capacidad de almacenar C. La particularidad de estas regiones es que, dadas sus condiciones edafoclimáticas generales, las posibilidades de combinación de alternativas de prácticas para manejar la cantidad de sustrato carbonado es más amplia y variada. Una estrategia conducente a mejorar el ingreso de C al suelo es intensificar la secuencia de cultivos e incrementar la proporción de gramíneas y pasturas perennes en la rotación. Los estudios también muestran que la disminución del contenido de MO con los años de agricultura fue menor cuando los cultivos recibieron fertilizante nitrogenado (mayor aporte de biomasa). Sin embargo, es necesario considerar que también la calidad del material vegetal aportado al suelo (C:N) incide sobre la dinámica de la MO. Al disminuir la C:N, fue necesario aportar mayor cantidad de residuos para mantener el nivel de MO del suelo. La reducción de la intensidad del laboreo es otra estrategia para incidir sobre el balance y distribución de la MO, incidiendo principalmente sobre el proceso de mineralización. En síntesis, el manejo de la MO es un claro ejemplo de balance entre los ingresos y los egresos de C al suelo. En la medida que todo aquello que conduzca a incrementar el aporte de material carbonado (i.e. tipo de cultivo, incremento de rendimientos, intensificación de la secuencia, reducción de la exportación de residuos, ingreso de otras fuentes carbonadas) genere un ingreso que supere o iguale a los mecanismos que incrementan la mineralización (extramineralización por calidad del sustrato y/o fertilización, laboreo), se podrá aspirar a mantener o incrementar la MO del suelo.

Quiroga A., J.A. Galantini, G. Studdert. 2017. La materia orgánica como indicador de cambios en la calidad de los suelos influenciados por el manejo. En: Manejo y conservación de los suelos (Ed. M. Vazquez). 139-159.

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